Yo y la Pedagogía

Mis métodos - Mi historia

Me llamo Laura Correa y soy Maestra.

¿Maestra de qué? 

 Si quieres una respuesta simple, sería una maestra de Lenguas Extranjeras: Inglés y Francés, para ser exactos. PERO, realmente, soy una maestra de lenguaje; sigo aprendiendo a serlo. Lo que deseo es aprender y enseñar cómo darle cara a la adquisición de las Lenguas Extranjeras, -sin importar cuál- como un fenómeno humano que conlleva no solo palabras y estructuras aprendidas de memoria, sino todo un complejo tejido de sonidos, gestos, fuerzas anímicas y demás, que componen a cada idioma y a sus determinadas culturas. Y que además, nos acompaña toda la vida. Es así que la pedagogía Waldorf me inspira para encontrar las mejores herramientas y formas de entregarles a mis alumnos la posibilidad de afrontar al Lenguaje como un proceso vivo, dinámico y cambiante; que nos enseña lo más profundo de la Naturaleza Humana.

¿De dónde vengo?

Vengo de un país bañado por dos mares, con una biodiversidad enorme y con un pueblo que lucha por encontrar las vías hacia la Paz: Colombia. Pero fue en la mayor de las Antillas, Cuba, donde me recibí como Licenciada en Educación, con especialidad en Lenguas Extranjeras. Del Caribe traigo la alegría y la humanidad, además de este imperante deber de servicio. Y de mi amada y fría Bogotá traigo la responsabilidad y el amor de hogar. En Buenos Aires, conocí al Seminario Pedagógico Waldorf, donde estoy en constante formación y es fuente de conocimiento práctico para enriquecer mi proceso como madre y docente.

"La enseñanza que deja huella no es la que se hace de cabeza a cabeza, sino de corazón a corazón". 

-H.G. Hendricks-

Pedagogía y Tecnología

En esta época de crecimiento exponencial de la información, de descubrimientos impresionantes y de sobre-estimulación de los sentidos, es conveniente cuidar de la información que nos llega y por qué medios. Si pensamos en esta información como alimento: ¿cuál es el alimento que mantendrá mi salud intelectual, emocional y espiritual?

Personalmente, he encontrado -y me gusta pensar que es así - que los materiales nobles son los ideales para que se estimulen en nosotros aspectos muy finos, muy sutiles de nuestros sentidos, nuestro pensamiento e imaginación y de nuestra voluntad. Por esto, me gusta usar medios de enseñanza como la madera, los teatrillos hechos a mano, el algodón, la recitación de cuentos, la música ─ojalá en vivo─, el dibujo, las acuarelas, etc. A fin de cuentas, solo aquello que haya pasado por una experiencia bien íntima a través de mi ser, encontrará un espacio imperecedero dentro de mí.

No obstante, considero que es bueno también, como docente, tener acceso a la rapidez y sofisticación de la tecnología; sobretodo, en términos de divulgación y accesibilidad al material didáctico que se vuelve cada vez más "denso" y, por tanto, más difícil de "almacenar" en el cerebro. He encontrado métodos que prometen aprender cosas de 3 a 5 veces más rápido de lo normal. Eso me impresiona y me motiva a practicarlo.

Para no hacerlo más largo, estoy aprendiendo a conciliar estos dos hemisferios que aunque de naturaleza distinta, podrían complementarse enormemente.

"Enseñar es aprender dos veces". 
-J. Joubert-
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