Ritmo: expansión e interiorización

20.02.2017

En el proceso de enseñanza-aprendizaje de las Lenguas Extranjeras, llegamos a un punto en el que la palabra equilibrio supone el reto para los educadores o ¿cómo conseguir que los niños pasen de fases de escucha atenta e interiorización a fases de actividad productiva (en movimiento), y viceversa? He aquí algunas ideas:

Fase de escucha atenta, relajación, concentración, etc.

He encontrado en el súper-aprendizaje (o Sugestopedia) una herramienta muy interesante para las fases de relajación. Esta fue desarrollada en 1962 por el psiquiatra búlgaro Georgi Losanov. Este método consiste en alcanzar un estado de relajación y respiración profunda ─estado que nos permite acceder a los "datos" almacenados en nuestro cerebro por nuestros sentidos. Estas técnicas pueden llevarnos a estados de concentración adecuados para mejorar nuestra memoria, estimulan áreas de nuestro cerebro que normalmente no usamos (sobre todo del hemisferio derecho), codifican en nosotros ritmos adecuados para nuestra individualidad, ─pues no todas las personas necesitan lo mismo o se estimulan con lo mismo o les gusta lo mismo.

Estas técnicas además conectan a las personas con aquello que más las moviliza o las calma. Incluso, se han hecho estudios que demuestran que estas herramientas han ayudado a solucionar estados de conducta alterados en algunos niños y en adultos, también.

Por ejemplo, la música barroca, caracterizada por tener 60 latidos por minutos o beats per minute, en inglés (bpm), permite la producción de ondas alfa en nuestra actividad cerebral, la respiración en 4 tiempos, que consiste en inspirar 4 segundos, sostener 4 segundos y expirar 4 segundos, es ideal para los ejercicios de compresión de lectura, y la programación neurolingüística que, por medio de frases e instrucciones sistematizadas, consigue programar positivamente nuestro cerebro. Personalmente, considero estas tres herramientas anteriores como súper-potenciadores de nuestras capacidades cognitivas.

Fase de actividad productiva, exteriorización, movimiento, etc

Bueno, acá... apelamos a la creatividad del maestro. Hay una máxima de los maestros Waldorf que a mí me gusta mucho, porque todos la decimos ─si se me permite⌐ con mucha propiedad y es la siguiente: "TODO EN EL NIÑO ES MOVIMIENTO" ¡Si todos los maestros del mundo creyeran en esta frase, se ahorrarían muchas canas! Y, por otra parte, si los adultos recordáramos esto y atendiéramos a nuestro niño interno, volveríamos a movernos para aprender mejor las cosas que necesitamos aprender.En esta fase buscamos la imitación participativa, las actividades artísticas que complementen el lenguaje y, en general, situaciones que le permitan al niño comunicarse. En este caso, las rimas, las canciones, los juegos de dedos, los cuentos, los teatrillos, las imitaciones... bueno, un sinfín de oportunidades para que el lenguaje viva en los niños tal y como su lengua materna lo hace.

Laura Correa - MARTES, 24 DE ENERO DE 2017

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